Sara: Charlie, ¿te puedo confesar una cosa?
Charlie: Depende, ¿me va a desvelar?
Sara: No creo que haya algo en este mundo capaz de desvelarte...
Charlie: Unos zapatos feos, pero no es el caso, dispara!
Sara: Es que, tengo miedo...
Charlie: ¿De qué narices tienes miedo?
Sara: No estoy segura, es algo que siento aquí (se señala la zona de la tráquea entre los pechos), una presión extraña
Charlie: Eso son gases.
Sara: Nunca te tomas nada en serio.
Charlie: Sinceramente, no me tomo en serio las sandeces que sueltas por esa boca de niña mimada. Me tomaría en serio que tuvieras miedo si fueras una Tutsi en Rwanda, si fueras una judía atrapada en unas duchas de un campo de concentración de la inhóspita Polonia del 42, esperando impaciente a saber que es lo que saldrá de esas duchas, o si te encontraras en el piso 75 de la Torre 2 un 11 de Septiembre de, pongamos el año 2001, incluso te consentiría tener miedo si (es interrumpida)
Sara: Vale, vale, no hace falta que continues. Te iba a decir que tenía miedo de la oscuridad. (Suspira y le da la espalda a Charlie)
Charlie: Y después de esta gran baina de película americana pregúntate a ti misma, cada vez que tengas miedo o estés a punto de derrumbarte: "¿Cuándo brilla más una vela?"
Sara: (vuelve a darle la cara a Charlie)
ChaRLIE: La respuesta es siempre "En la oscuridad". ¡Así que apaga la puñetera luz de una maldita vez y duérmete ya NIÑA!!
