En Cualquier Otra Parte

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domingo, 14 de febreiro de 2010

Hola y Adiós Ciudad de las Olas



El regreso le supo a poco. Por un momento pudo sentir la sensación de ingravidez al pisar la arena, pudo disfrutar del tacto de las gotas de lluvia en la cara, pudo rodearse del verde de sus bosques, pudo recuperar el olor a mar y playa que solía desprender. Tuvo un segundo para ver y disfrutar con sus amigos, para abrazar a sus padres y besar a su hermana. Tras ese momento y ese segundo cogió su maleta a medio deshacer y se fue por la puerta por la que, en su opinión, momentos antes había entrado.
Fue como volver a una vida pasada, una oportunidad que se le concedió para volver a su raíces, supuso, pero, al mismo tiempo, para que despertara. Para que despertara y comprendiese que aquello era su vida pasada y que, por mucho que le pesara, jamás volvería a vivir lo vivido.
Cuando se percató de su situación se paró un instante, en el medio de un aeropuerto abarrotado que amenazaba con comersela viva, y pensó que tal vez (y sólo tal vez) esto de no poder vivir lo vivido era, en realidad, bueno, ya que le abría puertas para vivir cosas nuevas. Lo nunca vivido la esperaba en cada calle; en cada viaje; en cada persona que, por un instante, fijaba su atención ella.
Después de esta reflexión respiró aliviada. Subió en el S2 dirección Bellaterra y rezó lo poco que sabía para que una nueva oportunidad de volver a lo vivido se le presentara cuanto antes.