En Cualquier Otra Parte

En Cualquier Otra Parte

martes, 23 de febreiro de 2010

Hoy...


"Charlie Eco Sierra" se levantó, como siempre. Maldijo la rutina por hacer que se despierte cada día. Se fue a duchar y blasfemó contra todo lo que se le pasó por la cabeza cuando el agua helada tocó su espalda, y cuando dice helada no se refiere a "¡ui qué fresquita!" sino , más bien, a algo que se aproxima peligrosamente al anuncio de gas natural... Por si fuera poco Mireia, definitivamente, se iba y la dejaba a ella atrás.

Sin embargo si hoy "Charlie Eco Sierra" le hubiese escrito una carta a su madre (que es algo mucho más personal que un mail) le habría dicho que sabe que nada es perfecto, pero que hoy su día había rozado la perfección con la puntita de los dedos.

Le diría que sabe, también, que esta sensación viene tan rápido como se va y que es posible que mañana este sentimiento haya desaparecido.

Le contaría a su progenitora que ha salido de casa y que ha sonreído al ver el espléndido día que hacía en la ciudad condal, que ha comido con un buena, y vieja a la par, amiga y que está encantada de que la relación no se haya deteriorado.

Le escribiría que ha tomado el sol después de comer, por el simple placer de darle envidia, de la sana, ya que sabe que no hay nada que más le agrade a su madre que una sobremesa soleada y tranquila.

Le explicaría que hoy se ha descubierto a sí misma, y por un extraño cúmulo de circunstancias, en un café de Sabadell, con su buena amiga Sam, y que se han pasado la tarde planeado con todo lujo de detalles un viaje, utópico, pero viaje al fin y al cabo.

Le hablaría de lo mucho que le gusta ir en ferrocarril, porque ve como, por un instante, adelanta al mundo y se pone a la cabeza de su vida.

Le contaría que hoy siente que ha encontrado unos amigos que reemplazarían perfectamente a los que ya tiene, y que está encantada de que eso no sea necesario.

Le diría que hoy era uno de esos días tan dichosos en los que no soportas esas canciones ñoñas de amor, sentimientos y cursiladas, y que lo único que querían escuchar sus oídos era rock, pero del bueno, de ese que ya no se hace.

Le preguntaría por los nuevos brakets de su hermana y se reiría un rato de la desgracia de su querida Iria, imaginándola horrorizada ante el espejo.

Y por último añadiría una posdata tal que así: "Por cierto madre, como toque final a mi gran día, hoy ha jugado el Barça, no se si ha ganado o ha perdido, pero Iniesta lo ha hecho estupendamente".