Ayer Charlie recibió un nuevo mote, lo dice de buenas a primeras para que ningún subser (humano) se pregunte durante meses porque ahora le da por hablar de una tal "Popie".
Bueno, la cosa es que ayer volvía a casa a las 7 de Razz y, como en todos los regresos, venía cavilando.
Le gustó que fuera ya de día, pués significa que se acerca el verano, el calor, y, lo que es más importante, no tendrá que volver por el camino de la Facultad de Comunicaciones de noche.
En esto que abre la puerta, entra en casa y se encuentra a un ser desconocido durmiendo en su sofá, se encoge de hombros y se mete en su habitación, donde otro ser anónimo duerme en la cama de su compañera de habitación. Con aire reticente mira hacia el lugar que ocupa su colchón y respira aliviada al ver que aún la aguardaba vacío.
Me voy por las ramas, así que continúo; realiza todo su ritual de antes de dormir y se mete en la cama. Cada madrugada dominguera repasa el día anterior y saca una moraleja, y esta mañana soleada no va a ser menos.
Ha estado en Razz, en la sala POP, su favorita, cómo no. Ha visto más locas que nunca, pero empieza a estar acostumbrada (desde que se la considera una Diva Gay; estilo Madonna, Lady GaGa y toda esta chusma), a lo que no se acostumbra es al séquito de mujeres que siguen a estas locas... No es que Popie sea la más entendida en moda pero desde que el mundo es mundo las flores y las rayas NO convinan, y menos en forma de falda y camiseta con unas All-Star. Y lo que Popie se pregunta es: ¿Cómo puede ser que sus madres las dejan salir así de casa?
Hasta que encuentre una solución válida se quedará en casa vegetando y viendo al Barça.
P.D: Si encuentran ustedes una respuesta convincente, por favor, hágannosla saber.
