En Cualquier Otra Parte

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domingo, 9 de maio de 2010

Sábado de vegetales

Hace unos meses alguien hizo reflexionar a Charlie sobre el fin de este blog. Es curioso, porque ese alguien no pertenece a su familia, ni a su círculo de amigos, ni siquiera a sus compañeros de clase o la gente a la que ve a diario. Bueno, el caso es que por alguna circunstancia de la vida, ÉL (llamémosle así) descubrió este lugar, y, en una cotidiana conversación de Facebook, le hizo un comentario que, está casi segura al 100%, no pretendía causarle el más mínimo dilema, y mucho menos quitarle el sueño. Sin embargo, lo hizo. Le dijo que este blog era como "muy personal".
La verdad es que a Charlie le sorprendió la definición, pero después de un tiempo releyendo las entradas y haciendo otras nuevas se ha dado cuenta de que el muy condenado tenía razón. Charlie, que ni por asomo tenía la intención de crear un blog personal, lo había hecho.
Charlie ha estado bastante tiempo pensando en cómo lo justificaría si volviera a tener la misma conversación con ÉL y cree que ha encontrado una respuesta razonable.

Charlie Eco Sierra no es de esa clase de personas que expresan sus sentimientos, que son capaces de exponer en vivo y en directo lo que piensan. Es reservada en lo que a pensamientos se refiere. Pero, al mismo tiempo, ha aprendido que todo parece mejor, mucho mejor, cuando dices lo que sientes. Sobre todo en algunas ocasiones, como puede ser la suya: lejos de casa, de todo lo que conocía y quería. Pero que este último detalle de la aberrante vida charliana no os traume, está en esta situación por voluntad propia y el coste de oportunidad no es muy elevado, ya que es feliz (si es que existe la felicidad o si creeis en ella; Charlie, personalmente, cree que la felicidad es la Biblia del optimista, así que, como buena optimista practicante, cree en la felicidad devotamente) con su vida pseudocatalana. Pero este blog le ayuda a hacer ver a los que quiere y a los que la leen cómo se siente en realidad, le da la oportunidad de exponer los sentimientos que jamás confesaría en persona. Nada de contar la historia de cómo conoció a su hermana a esta, nada de decir en público lo que significa para ella estar lejos de sus amigos y familiares, nada de llamar a sus amigas en un día morriñento para decirles lo que las quiere y las echa de menos. De eso ni hablar, de hecho juraría que nadie, antes de leer esta badofia, pensaría que todas estas bainas romanticonas pasan por la cabeza de Charlie.

Por tanto, el hecho de sentirse un tanto estúpida por no escribir la clase de blog neurótico que, probablemente, escribiría en circunstancias normales ha desaparecido por completo al percatarse de que tiene suerte de poder tener cosas importantes por las que escribir y gente imprescindible en su vida a la que decir lo que siente.